Tu voz me convertía en cielo
Tus consejos en algodón…
¿Existirá mayor gozo que tu beso al descansar?
¿Tu canción al despertar?
Mi sien dibuja tristes líneas al pensarte
Fuiste mi mayor sueño
En este mundo, compañía.
Por lo que fuiste, soy
Te doy gracias
Ahora puedo comprender
Cómo veías
Cómo aprendías
Mi razón se retuerce al no poder igualarte.
Sé que si me vieras
Entenderías mi esfuerzo.
Te extraño viejo.
Reconfortabas los días de todo aquel que te conocía
Tonto aquel que te ignoraba
Ordinario quien no entendía tu des-órden.
Sigo intentando amar este rompe cabezas
Aceptar que te fuiste para no volver
Me deshago en este hacer
Río, imagino tu ser
Dulce, blanca y resplandeciente
Tu sonrisa me advertía
Que el mundo es triste y malvado
Imposible de evitar
Que la cobardía no iba a ayudarme
Y arriesgarme era el único fiel.
Con desdén educabas mi estatus,
Sin darte cuenta me moldeaste
Recrear tu presencia
Tu sensatez
Tu bondad
Tu dignidad.
Qué estés orgulloso
Un deber
Que estés contento
Un placer.
No logro en mi mente
Crear un momento más extraordinario
Que vos al piano.
Al piano de los días
A la guitarra de la noche
Y la batería del amanecer.
Maleva plaga inmunda
Retrasa mi florecer
Sin dolor no creo poder entender
De vez en cuando es necesaria una pérdida
Para comprender
Que lo magnífico te –magnifiese-
Y lo horrible te –horribilese-
No temas
Estar un paso adelante del otro.
Juntos lo vamos a lograr
Si hoy te pudiera visitar
Lo haría sin hablar
Te abrazaría hasta llorar
Te amaría hasta sangrar
Sonreiría hasta despertar.
Te extraño mucho Papá.